Cosas por las que tener un niño es ¡realmente increíble!

Tener un bebé te cambia la vida y ya sea niña o niño, el amor es enorme. Pero existen algunas diferencias entre ser mamá de una niña y de un pequeño varoncito.

Serás su primer amor

Los primeros años de vida para los niños no hay nadie más hermosa que su mamá y ese primer amor dura para toda la vida.

Menos dramas en casa

Los niños son menos complicados. Van al grano y dicen lo que sienten. Cuando están enojados te lo hacen saber, lo resuelven y no se quedan resentidos.

Serás su ejemplo de cómo debe ser una mujer

Serás su guía para saber cómo debe ser una mujer, para ellos puedes ser delicada pero tienes una fortaleza increíble.

Grandes ventajas en los baños públicos

Esto sin duda te resuelve muchos conflictos cuando salen a pasear, con las niñas debemos cuidar muchos más detalles a la hora de buscar un baño público.

Te mantiene en forma

Tienen mucha energía y suelen ser realmente osados, así que te obligarán a correr detrás de ellos, saltar, esconderse, patear pelotas, etc.

Es más fácil arreglarlos

Desde bañarlos hasta peinarlos y vestirlos es todo mucho más fácil. No tienes que lidiar con mallas, moños, trenzas, chongos, zapatos que vayan bien con el look.

Su lado sensible es maravilloso

No todo es correr y patear pelotas, su lado tierno está hecho sólo para ti. Tienen detalles realmente adorables.

Serás siempre la reina de la casa

Para papá y bebé siempre serás la mujer más importante y la que merece toda su atención.

¿El Horario de Verano afecta a los niños?

Para nuestros pequeños todo es nuevo y poco a poco se adaptan a su entorno. Sin embargo, pueden llegar a ser intolerantes a ciertos cambios, entre ellos, el cambio de horario.

Explicarle a un pequeño un cambio de horario puede ser bastante complicado: ellos asocian los momentos del día con la luz y la oscuridad, y no con las horas del reloj. El cambio de horario, por tanto, puede provocar una alteración en el ritmo de sus actividades cotidianas. Por ejemplo, si tienes que levantarlos temprano, pueden sentir que les ha faltado descanso.

No sólo en los horarios de siesta, también el cambio se refleja en los horarios de comida. Un pequeño podría no tener hambre a la hora en que deseas alimentarlo, especialmente si se trata del desayuno o de la cena. El cambio de horario, por tanto, puede provocar una alteración en el ritmo de sus actividades cotidianas.

Según estudios, los cambios de horario pueden provocar sensaciones de cansancio, cambios de humor, somnolencia y falta de concentración. Por otro lado, hay niños que pueden presentarse más inquietos, es decir, les costará más tiempo de los normal irse a dormir.

Hay pequeños que pueden adaptarse más fácilmente a estos cambios, pero algunos pueden tardar días y hasta semanas en volver a tomar ritmo en sus horarios de sueño y actividades. Tanto ellos como tú necesitarán tener un poco de paciencia. Conforme vayan creciendo, este cambio será más fácil de sobrellevar.

Las siestas en niños brindan grandes beneficios en el aprendizaje

Conforme van creciendo, las siestas desaparecen, pero según este estudio, ¡esto no debe ser así!

Cuando son bebés, las siestas son parte imprescindible de la rutina de los pequeños, pero conforme van creciendo, las siestas se van espaciando hasta que desaparecen. Esto último ocurre porque es una forma de lograr que los niños duerman toda la noche. Pero ahora esa idea de que las siestas deben desaparecer en los pequeños más grandes o en edad escolar ha cambiado, ya que expertos aseguran que dejarlos dormir la siesta mejora su aprendizaje y les ayuda a los niños a asimilar y memorizar mejor lo aprendido.

Investigadores del Instituto de Neurociencias de la Universidad Libre de Bruselas demostraron el papel fundamental del sueño en la mejora de la memoria y el aprendizaje de los más pequeños. Gracias a este corto, pero clave descanso, el niño asimila de forma más rápida los nuevos conocimientos y consolida la memoria, que pasa de ser memoria a corto plazo a memoria a largo plazo.​

Y es que cuando los niños duermen se activa la memoria declarativa, relacionada con el aprendizaje de conceptos teóricos o definiciones; y la memoria de procedimiento, relacionada con las técnicas adquiridas como tocar un instrumento. También se consolida la memoria, pasando de memoria a corto plazo a memoria a largo plazo, ya que, mientras se duerme, la información se transfiere desde el hipocampo a las áreas de corteza de la memoria a largo plazo. El estudio comprobó que los niños que habían dormido la siesta, las áreas de la corteza prefrontal (y no el hipocampo) estuvieron predominantemente activas.